Por: Delia González
Ilustración de Sara Chabela
¿Alguna vez han estado tan emocionades por el día que viene que les es imposible dormir? Las noches que más me costaban, por estar llenas de alegría y complicidad, eran las del 24 de diciembre. “Si no se duermen Santa no llegará con los regalos”. Por algunos años genuinamente creí que de mi sueño (y del resto de mis primas, primos y hermanos) dependían nuestras sorpresas del día siguiente.
Navidad era un día lleno de magia, regalos, comida y postres sobrantes de la noche anterior. Era un día de familia, de juegos y de calorcito en el corazón.
Pero los años pasaron y con ello llegó la adultez. Para mí significó encontrarme con los feminismos, con el body positive (gordiamor), con el ateísmo, con tatuajes, con mi propia orientación sexual y preferencias de relacionarme afectivamente con otres.
Y esto implicó comenzar a sentirme muy lejana a la vida y opinión de muchas personas en mi familia. Las fiestas decembrinas pasaron de ser mágicas a ser una situacion que me llenaba de ansiedad, preocupación y estrés. Ya no nos conocíamos, o bien, yo ya me conocía más y el resto se quedó con otra idea.
La manera en la que cada quien decide tratar y abrirse con su familia es una decisión personal y particular. A veces tiene que ver muy poco con la manera en la que se resolveríamos diferencias en nuestro día a día o en el activismo en la calle.
Lo que sí podemos hacer es voltear a vernos y preguntarnos qué podemos hacer para cuidarnos durante las cenas familiares y después de éstas. Hace algunos días les pregunté en mi cuenta de instagram qué hacían para cuidarse en estas fechas y aquí lo más popular:
Buscar aliades: Encontrar a ese prime o hermane que nos entiende y con quienes podemos compartirnos más honestamente salva cenas y fiestas familiares. A veces ni siquiera tiene que ser alguien que te sepa los clósets, sino con quien puedas hablar durante horas de la nueva serie de Sabrina o ver centenares de fotos de gatitos.
Aliades en el cel: ¿No encuentras personas con quien aliarte en tu familia? Mientras tengas una conexión a wifi o datos para gastar siempre puedes tener a tu séquito de amigues para enviarse selfis, memes feministas, fotos de perritos. Y por qué no, palabras cariñosas, de ánimo y un espacio para descargar frustraciones.
Elige tus batallas: Una de las mejores recomendaciones que puedo dar y que recibí al entrarle al activismo feminismos es la de elegir con quién y cuándo discutir. En serio, vale mucho la pena distinguir quién pregunta para armarla de pedo y quién para aprender y comprender. Así como reconocer si la persona que hace comentarios machistas, gordofóbicos o LGBTfóbicos es alguien con la capacidad de escuchar y respetar.
Gordofobia: El odio a la gordura está en todos lados a todas horas, pero en diciembre parece no tener límite. Ya sea que llevas un año sin ver a tu familia y les es imposible comentar y notar que subiste una talla, o bien, no dejan de mencionar lo gordes que están y se sienten por haber comido de más. El chiste parece ser que nadie nunca estará a gusto con tus y sus decisiones alimenticias durante diciembre ni el resto del año.
Aproxímate a la comida a consciencia, es decir, date cuenta de por qué estás ahí. Algunas veces comemos de más por presión de otres, por estrés o ansiedad. Intenta que cuando comas lo hagas disfrutando de la experiencia.
No tienes por qué pensar en cómo vas a compensar lo que hayas comido. Muchas veces los comentarios externos refuerzan la culpa, recuérdate que tu valor no reside en tu peso, tu talla o en lo mucho o poco que comes. No te tienes que castigar por disfrutar la comida.
A mí me sirve mucho seguir cuentas ‘cuerpo positivas’ y leer las recomendaciones que dan para estas fechas, así como ver lo preciosos que son sus cuerpos diversos: @bodyposipanda, @maquiscamargo, @scarrednotscared, @andreinski. ¿Ustedes a quiénes recomiendan?
Y el Oscar va para…
Cruda, gripa, dolor de cabeza, diarrea. El límite es el cielo. No siempre tenemos que ser las personas más maduras y preparadas para resistir a los comentarios incómodos o groseros. Se vale echarse un teatrito y buscar un espacio a solas para respirar, recargar energías o simplemente salir temprano de la fiesta. Tu salud emocional y bienestar importan.
Honestidad contigo y otres: Escúchate y cuídate. Las expectativas para la reunión familiar anual son altas, pero siempre puedes saltarte las fiestas y es importante que reconozcas si esto es lo mejor. Si quieres ver a algunos familiares, utiliza otros días de vacaciones para verles. No es tu obligación asistir a fiestas que te hacen sentir mal, aunque sean familiares. Las expectativas son de elles, y no tienes por qué cumplirlas.
Lo que sea que sientas por las fiestas decembrinas es válido. Al final, procura recordar lo que eres, lo que te hace feliz de ser tú y aquello que te hace sentir orgullose de tu vida. Decidas lo que decidas, procura un tiempo para sanar lo que sea que muevan estas fechas. Ya sea buscando espacios con amigues, tomándote un tiempo a solas, viendo tu película favorita o haciendo algo que te haga sentir mejor. ¡Felices y conscientes fiestas!