Por: Itzel Tzintzuni
Ilustración de: Mrs. Miau
Una vez en la secundaria la profesora de informática, en uno de sus exámenes, dejó una lectura breve al final, no iba a ser evaluada ni nada, sólo querÃa que la leyéramos. La lectura en cuestión hablaba de los vertebrados e invertebrados y describÃa cómo los invertebrados tenÃan un exoesqueleto duro que protegÃa su cuerpo blando bajo este, y cómo parecÃan duros por fuera. Después explicaba cómo los invertebrados ofrecÃan al mundo su blandura, pero por dentro eran fuertes, tenÃan un esqueleto que los sostenÃa.
Al final de la lectura decÃa algo como "más allá de la taxonomÃa, tú, alumna/o ¿qué quieres ser? ¿un invertebrado que ofrece siempre su parte más rÃgida al mundo, pero al romperse su caparazón, muere? ¿o un vertebrado que ofrece al mundo su parte más blanda, porque sabe que por más que lo lastimen por dentro es fuerte, porque quiere experimentar el mundo?
Pues bueno, en este momento de mi vida vale, sé que quiero ser un vertebrado, pero uno con la piel dura, como los elefantes, para que ya no duela tanto. Estoy cansada de que poner el cuerpo, de que esta empatÃa, este amor, esta ternura, esta vida me duela tanto. ¿Ustedes?