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De la visión sexo positiva a la sexo crítica feminista

Actualizado: 13 mar 2019

Ilustración de Iurhi Peña


Vergüenza, culpa, riesgos; terror, destrucción y muerte. No, no estoy hablando del apocalipsis zombi-digo bíblico, sino de las ideas que han rodeado la sexualidad humana desde hace miles de años hasta la actualidad. Muchas cosas han cambiado desde la época victoriana-toda represiva, como la liberación sexual americana de los años 60 en la que se proponía hacer el amor y no la guerra, o que ahora puedes encontrar condones con distintos sabores, texturas o que brillan en la oscuridad en cualquier farmacia. Sin embargo, el panorama de la sexualidad hoy en día sigue siendo uno bastante oscuro.


El hecho de que existan fiestas swingers para todos los gustos, sex shops en cada esquina del centro y de que es prácticamente imposible que exista un serie o telenovela mexicana sin escenas de sexo, podría hacernos creer que nunca habíamos tenido más libertad sexual. Pero, en realidad, solo nos habla de que vivimos en una cultura hipersexualizada, que poco o nada tiene que ver con vivir en una sociedad donde se celebre el placer, el gozo, la diversidad y el cuidado.




Incluso en la lucha feminista en la que se celebra una sexualidad más libre nos queda poca energía para buscar una sexualidad más placentera y e inclusiva. A estas alturas de la vida, todavía tenemos que seguir luchando por derechos tan básicos como el de decidir sobre nuestro propio cuerpo, todavía hay que convencer a los hombres de que la manera de vestir no es una justificación para la violencia sexual, y parece quedarnos mucho camino para que la gente entienda que no es no y solo es . Es por esto que viene muy conveniente comenzar a voltear a ver el “Sex Positive Movement” (literalmente se traduce como “movimiento sexo positivo”, pero usaremos la traducción no oficial de movimiento o visión sexo positiva).


¿Y de qué trata ese movimiento que viene a salvarnos de la oscuridad zombi sexual en la que hemos vivido? Para introducirlo, utilizaré la traducción al español de Golfxs con Principios del concepto de wikipedia porque abarca lo más importante de este tema:


“Ideología que promueve y abarca una sexualidad abierta con pocos límites más que el énfasis en el sexo seguro y la importancia del consenso. (…) Es una actitud hacia la sexualidad humana que considera todas las actividades sexuales consensuadas como saludables y placenteras, y fomenta el placer sexual y la experimentación. (…) es un movimiento social y filosófico que defiende esas actitudes, (…) defiende la educación sexual y el sexo seguro como parte de su campaña. El movimiento no hace distinciones morales entre tipos de actividades sexuales, considerando esas elecciones una cuestión de preferencias personales”


Primero analicemos todo lo bueno que aporta la visión sexo positiva. Pensar en una sexualidad “abierta, con pocos límites mas que el énfasis en el sexo seguro y consensuado” implica reconocer como saludable y positivo toda la diversidad de prácticas, desde las más vainillas (convencionales) hasta las más kinkys. ¿Te gusta hacer el amor con tu pareja todos los jueves a las 7 pm, de misionero al ritmo de Por Debajo de la Mesa? ¡Perfecto! ¿Te gustan los amarres, el sadomasoquismo y los plugs anales con cola de zorrito? ¡Fantástico! ¿Te gusta el sexo en grupos mixtos, usando túnica roja y máscaras doradas? ¡Excelente! Una visión sexo positiva es: todo vale, todo está bien, mientras cuides tu salud y la de le(s) otre(s) y mientras haya consentimiento de por medio.


Y si esto no fuera lo suficientemente bueno, uno de los valores centrales del movimiento con una visión sexo positiva es la de la educación sexual integral para todes, sin distinciones morales y con enfoque en el sexo protegido. Esto implica mucho más que sólo tener clases de sexualidad en la secundaria. Significa reconocer que la educación sexual debe de ser integral en la escuela y fuera de ella. También es darnos cuenta de que la conversación sobre sexualidad debe de ser abierta con les niñes (¡sí, con elles también!), con adolescentes y con adultes; sobre temas diversos como el género y los géneros, la identidad, la anatomía y relaciones afectivas, así como hablar de límites, consentimiento y autonomía corporal.


Hasta aquí todo parece un cuento de hadas, pero lo más interesante que he encontrado de la postura sexo positiva son las críticas tan acertadas que han hecho las feministas al respecto. Por ejemplo, al ser un movimiento que se basa en las decisiones personales y el consentimiento, no podemos ignorar las estructuras de poder que nos limitan y dan forma a esas decisiones que tomamos. Estructuras de poder como el patriarcado, el capitalismo y la visión occidental que a todes nos rodea.


Es riesgoso decir “todo vale mientras haya consentimiento” porque no se puede garantizar que la mayoría, o ni siquiera un mínimo de la población comprenda y practique sus límites personales y el consentimiento. Hay una gran y peligrosa laguna que nos pone en riesgo de convertir la visión sexo positiva en otra herramienta patriarcal y sin ética. La realidad es: vivimos en una cultura que no promueve el consentimiento Ni siquiera sabemos negarnos a prestarle nuestra blusa favorita a une amigue sin tener que poner excusas o aguantarnos. ¿Cómo se supone que nos sintamos más cómodes para decir “no” y a tener claros nuestro límites en el ámbito erótico?


Por otro lado, tras vivir cientos de años de represión sexual pareciera que esta propuesta sexo positiva nos viniera a contar que las prácticas eróticas son maravillosas y que vayamos, sin culpa y vergüenza, a vivirlas todas pues el límite es el cielo. Para muchas personas el mensaje de que el sexo es bueno les ayuda a explorar sus deseos, el problema es que éste no es el caso de todes. Está bien no querer coger con una o muchas personas, no buscar multiorgasmos diarios o no querer utilizar todos los juguetes sexuales. Pero como nos lo han reprimido por tanto tiempo, este nuevo “permiso” de hacerlo parece convertirse en otro tipo de presión sobre cómo se tendría que vivir la sexualidad.


La realidad es que la experiencia erótica para muchas personas puede ser muy negativa y el movimiento que lleva en su nombre las palabras “sexo” y “positivo” pareciera dejarles fuera. Hay personas que siguen viviendo su sexualidad de manera negativa, ya sea por haber tenido experiencias de violencia o abuso sexual, por haber tenido una educación conservadora y limitante, o bien, por tener una relación conflictiva con su cuerpo. El punto es que nadie debería de sentir vergüenza o culpa de tener una mala relación con su sexualidad, todes deberíamos de sentir que podemos trabajarlo a nuestro tiempo y sin ninguna meta en específico, sino la que convenga según nuestra historia de vida y gustos. Y sobre todo, la visión sexo positiva parece olvidarse de que hay personas que tienen poco o nada de deseo sexual por otras personas, como la comunidad asexual, y eso también está bien y es completamente válido.


Más que casarnos con una visión sexo positiva de la sexualidad, la invitación es a hacernos de una visión sexo crítica. Vale la pena retomar de la visión sexo positiva la inclusión de todas las prácticas sin juicio moral y el enfoque en el cuidado, así como tener en cuenta la importancia de la educación sexual. Pero también hay que permitirnos criticar y contextualizar desde los feminismos, darnos cuenta que mientras busquemos (o no) prácticas más placenteras, tenemos que hacer consciencia de la violencia, del machismo y de la poca educación del cuidado que tenemos. No sé ustedes, pero para mí, analizar y ser critica de un tema, me obliga a relacionarme de cerca, investigar y cuestionarme lo más que pueda. Y si como feministas, mujeres, personas de la diversidad o sociedad en general, hacemos un compromiso de ser crítiques con un tema como la sexualidad, definitivamente sólo nos puede llevar a un futuro menos oscuro, más incluyente, más ético y mucho más placentero.

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